14
marzo
2018
Hoy en día, la preocupación por el cuidado del medio ambiente es un aspecto generalizado tanto en la sociedad como en el mundo empresarial, y en corporaciones como GARSA se trabaja activamente todo lo relacionado con las materias medioambientales que ocupan el ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC por sus siglas).
Ciertamente, es necesario reconocer las amenazas que sufre el medio ambiente debido a las actividades humanas -tanto de vida/consumo como de producción industrial- y lo que estas condicionan el medio que nos rodea directamente a todas las personas.
Siendo conscientes de ello, Gestores Administrativos Reunidos SA como actor empresarial comprometido con el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (pactomundial.org) ha realizado recientemente una profunda evaluación en los diferentes departamentos de la compañía para conocer la situación actual en cuestiones de gestión ambiental. El propósito de este análisis es detectar los puntos de mejora y fijar nuevas metas para continuar avanzando dentro del sistema de RSC. Este proceso se conoce como análisis diferencial y requiere de un preciso estudio y sondeo -mediante entrevistas personales- que trata de conocer la situación real y estimar de forma conjunta las necesidades de los trabajadores y las acciones con márgenes de mejora que se pueden plantear a fin de conseguir una mayor eficiencia medioambiental.
El objeto final de todo este diagnóstico se materializa en la elaboración de un “Manual de Buenas Prácticas de Gestión Medioambiental”, un documento que pretende dar a conocer a todos los/as empleados y empleadas de GARSA, unas nociones y consejos básicos sobre la gestión ambiental dentro de la compañía, estableciendo unas buenas prácticas que conlleven a una reducción del impacto ambiental generado en el día a día de la actividad, y más concretamente, por cada uno/a de los/as trabajadores/as de manera individual.
En GARSA, gran parte de la actividad se desarrolla en las oficinas, por lo que la atención a estos cuatro puntos que se enumeran a continuación, forma parte de las pequeñas acciones cotidianas que redundan en beneficio del desarrollo sostenible:
• Material de Oficina
Comprar de productos reciclados (papel, cartuchos de tinta, etc.); Utilizar hasta agotar los materiales de trabajo (lapiceros, gomas, block de notas, rotuladores, etc.); Reutilizar siempre que sea posible los residuos generados para darles usos alternativos (cajas, carpetas, etc.); Racionalización y disminución de uso de papel evitando imprimir documentos innecesarios; Utilizar la “vista previa” antes de la impresión para evitar errores; Imprimir en calidad de borrador para evitar el derroche de tinta; Reutilizar el papel que haya sido impreso sólo por una cara para borradores y notas; Y por último, utilizar los contenedores de papel usado, para facilitar su reciclaje.
• Equipos Informáticos / Aparatos Electrónicos
Utilizar equipos informáticos energéticamente eficientes; Desconectar los aparatos electrónicos que no se estén usando; Configurar el salvapantallas en modo “pantalla en negro”; Configurar los ordenadores, impresora, fotocopiadora, etc. en modo “ahorro de energía”; Utilizar el modo de suspensión “sleep” cuando se deje de trabajar temporalmente en el ordenador.
• Instalaciones: Climatización e Iluminación
Usar los dispositivos sólo cuando sean necesarios y donde sean necesarios; Evitar pérdidas de temperatura cerrando puertas y ventanas; Apagar el sistema de climatización de las salas que no se utilicen; Aprovechar al máximo la luz natural, manteniendo limpias las ventanas y abriendo las persianas; Apagar las luces cuando la habitación se queda vacía.
• Agua
En las zonas comunes -office y baños-: Evitar la mala utilización y el derroche de agua; Nunca dejar los grifos abiertos e informar a los usuarios para que los cierren bien; No utilizar el inodoro como papelera; Reportar a Recursos Humanos cualquier incidencia que se detecte (como goteos y fugas en grifos).
Sin lugar a duda, incorporar al día a día de la vida laboral esta serie de pautas de comportamiento en relación con aspectos medioambientales, permitirán ser conscientes de que el aporte individual que cada uno/a de nosotros/as realicemos es fundamental para avanzar de manera significativa en el uso eficiente de los recursos. Y siempre como términos clave o “mantras ecológicos”, las siguientes tres palabras: REDUCIR, REUTILIZAR Y RECICLAR.
